domingo, 10 de mayo de 2020


Día de las madres

En razón a la celebración simbólica del día de la madre, quiero compartir una reflexión de fe, en torno a la imagen de Dios.
La mayoría de las religiones tienen una formulación, Dios es Padre, es decir la imagen de Dios es una imagen masculina y no se puede contradecir, sin embargo, algunos dos papas han ido más allá de la conceptualización. Infieren una imagen de Dios, como padre y madre. Al estudiar la Biblia encontramos en Isaías 49, 15. la siguiente frase: "¿Es que se olvida una madre de su criatura; no se compadece del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidare, yo no te olvidaré".
Al respecto, el papa Juan Pablo I, en 1978 dijo: “Dios es papá, más aún, es madre” y el papa Francisco el 22 de marzo de 2018 dijo “Dios ama a cada uno de nosotros como un padre y como una madre”

El reconocido teólogo latinoamericano Leonardo Boff, ofrece una reflexión teológica bastante interesante, que permite pensar y reflexionar acerca de este tema de la siguiente forma.

Dios: Padre maternal y Madre paternal
Existencialmente hablando. Dios es el nombre que simboliza aquella tiernísima Realidad y aquel Sentido amoroso capaz de llenar la incompletitud del ser humano.
Esa Suprema Realidad, Dios, ha sido expresada en el contexto de la cultura del patriarcado: (dominación del padre, como autoridad jefe y señor de familia) Dios se presenta como masculino. 
Como consecuencia, todas las grandes religiones históricas se estructuraron en el código patriarcal. 

Por eso, tales lenguajes necesitan ser hoy despatriarcalizados si queremos tener una experiencia totalizadora de lo Sagrado. En eso las mujeres pueden ser nuestras maestras y doctoras.
Todos hemos sido ayudados por el descubrimiento de la existencia, antes puesta en duda, de una fase matriarcal de la humanidad, ocurrida hace unos 20 mil años. Las divinidades eran todas femeninas. Esto significó un giro en la reflexión teológica. Hoy sólo hacemos justicia a nuestra experiencia de lo Divino si la traducimos en términos masculinos y femeninos simultáneamente. En un lenguaje inclusivo Dios emerge como Padre maternal y como Madre paternal. Como Dios-Él y Dios-Ella.

Obviamente “Dios” sobrepasa las determinaciones sexuales; sin embargo, hay valores positivos presentes en esta forma de nombrar a Dios. Masculino (animus) y femenino (anima) son principios estructuradores de nuestra identidad.
Todas las palabras del diccionario no pueden definir a Dios, pues Él sobrepasa a todas. Vive en la dimensión de lo inexpresable.
Algunas mujeres uniendo fe y razón, se impusieron a sí mismas la tarea: como pensar lo divino, la revelación, la salvación, la gracia, el pecado, a partir de la experiencia de las mujeres mismas, es decir, a partir de lo femenino. En el contexto de la teología de la liberación, la pregunta es: ¿cómo pensar a Dios a partir de la mujer pobre, negra y oprimida?

En este campo ha habido contribuciones notables. En primer lugar, las mujeres mostraron cuán patriarcal y machista es el discurso considerado normal y oficial que penetró en la catequesis, en los discursos oficiales e incluso en la teología erudita. Rara vez los teólogos-hombres han tomado conciencia de su lugar social-sexual-patriarcal.
A partir de la experiencia de lo femenino, el discurso teológico se volvió más existencial, inclusivo e integrador de lo cotidiano. Una cosa es decir Dios-Padre. En esta palabra resuenan arquetipos ancestrales ligados al orden, al poder, a la justicia y a un plan divino. Y otra cosa es decir Dios-Madre. Esta palabra evoca experiencias originarias y deseos arcaicos de protección, de útero acogedor, de misericordia y de amor incondicional.

Mientras la religión del Padre introduce el castigo-infierno, la religión de la Madre hace prevalecer la misericordia y el perdón.
Finalmente, cabe preguntar: ¿en qué medida lo femenino/masculino son caminos de la humanidad hacia Dios y en qué medida lo femenino/masculino son caminos de Dios hacia la humanidad? Sólo tenemos acceso integral a Dios mediante lo femenino y lo masculino, pues “son a su imagen y semejanza”.
La teología plantea todavía una pregunta radical: ¿a qué están llamados, en el plan último de Dios, lo femenino y lo masculino?
Leonardo Boff escribió El rostro materno de Dios, año 2012.

Para concluir el papa Francisco, en su homilía pronunciadas el 7 de enero de 2015 dijo:
“Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral”.
El papa Francisco, al mencionar el martirio de Mons. Oscar Arnulfo Romero -asesinado en 1980- dijo: “las madres viven un ‘martirio materno”. Se trata de “una entrega total, en el silencio, la oración, el cumplimiento del deber. Ir dando la vida poco a poco como hace una madre por su hijo”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante, muy bonito

Unknown dijo...

Gracias.
Que interesante información, cada día aprendemos algo nuevo.
Dios los bendiga

Unknown dijo...

Nuestro Padre celestial siempre demostrando su Amor,Misericordia,su ternura como Madre fiel a sus hij@s,presta a sus necesidades.