Día de las madres
En razón a la
celebración simbólica del día de la madre, quiero compartir una reflexión de
fe, en torno a la imagen de Dios.
La mayoría de las
religiones tienen una formulación, Dios es Padre, es decir la imagen de Dios es
una imagen masculina y no se puede contradecir, sin embargo, algunos dos papas
han ido más allá de la conceptualización. Infieren una imagen de Dios, como
padre y madre. Al estudiar la Biblia encontramos en Isaías 49, 15. la siguiente
frase: "¿Es que se olvida una madre de su criatura; no se compadece del
hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidare, yo no te olvidaré".
Al respecto, el
papa Juan Pablo I, en 1978 dijo: “Dios es papá, más aún, es madre” y el papa
Francisco el 22 de marzo de 2018 dijo “Dios ama a cada uno de nosotros como un
padre y como una madre”
El reconocido teólogo
latinoamericano Leonardo Boff, ofrece una reflexión teológica bastante
interesante, que permite pensar y reflexionar acerca de este tema de la
siguiente forma.
Dios: Padre
maternal y Madre paternal
Existencialmente
hablando. Dios es el nombre que simboliza aquella tiernísima Realidad y aquel
Sentido amoroso capaz de llenar la incompletitud del ser humano.
Esa Suprema Realidad,
Dios, ha sido expresada en el contexto de la cultura del patriarcado: (dominación
del padre, como autoridad jefe y señor de familia) Dios se presenta como
masculino.
Como consecuencia, todas las grandes religiones históricas se
estructuraron en el código patriarcal.
Por eso, tales lenguajes necesitan ser
hoy despatriarcalizados si queremos tener una experiencia totalizadora de lo
Sagrado. En eso las mujeres pueden ser nuestras maestras y doctoras.
Todos hemos sido
ayudados por el descubrimiento de la existencia, antes puesta en duda, de una
fase matriarcal de la humanidad, ocurrida hace unos 20 mil años. Las
divinidades eran todas femeninas. Esto significó un giro en la reflexión
teológica. Hoy sólo hacemos justicia a nuestra experiencia de lo Divino si la
traducimos en términos masculinos y femeninos simultáneamente. En un lenguaje
inclusivo Dios emerge como Padre maternal y como Madre paternal. Como Dios-Él y
Dios-Ella.
Obviamente “Dios”
sobrepasa las determinaciones sexuales; sin embargo, hay valores positivos
presentes en esta forma de nombrar a Dios. Masculino (animus) y femenino
(anima) son principios estructuradores de nuestra identidad.
Todas las palabras del
diccionario no pueden definir a Dios, pues Él sobrepasa a todas. Vive en la
dimensión de lo inexpresable.
Algunas mujeres
uniendo fe y razón, se impusieron a sí mismas la tarea: como pensar lo divino,
la revelación, la salvación, la gracia, el pecado, a partir de la experiencia
de las mujeres mismas, es decir, a partir de lo femenino. En el contexto de la
teología de la liberación, la pregunta es: ¿cómo pensar a Dios a partir de la
mujer pobre, negra y oprimida?
En este campo ha
habido contribuciones notables. En primer lugar, las mujeres mostraron cuán
patriarcal y machista es el discurso considerado normal y oficial que penetró
en la catequesis, en los discursos oficiales e incluso en la teología erudita.
Rara vez los teólogos-hombres han tomado conciencia de su lugar
social-sexual-patriarcal.
A partir de la
experiencia de lo femenino, el discurso teológico se volvió más existencial,
inclusivo e integrador de lo cotidiano. Una cosa es decir Dios-Padre. En esta
palabra resuenan arquetipos ancestrales ligados al orden, al poder, a la
justicia y a un plan divino. Y otra cosa es decir Dios-Madre. Esta palabra
evoca experiencias originarias y deseos arcaicos de protección, de útero
acogedor, de misericordia y de amor incondicional.
Mientras la religión
del Padre introduce el castigo-infierno, la religión de la Madre hace
prevalecer la misericordia y el perdón.
Finalmente, cabe
preguntar: ¿en qué medida lo femenino/masculino son caminos de la humanidad
hacia Dios y en qué medida lo femenino/masculino son caminos de Dios hacia la
humanidad? Sólo tenemos acceso integral a Dios mediante lo femenino y lo
masculino, pues “son a su imagen y semejanza”.
La teología plantea
todavía una pregunta radical: ¿a qué están llamados, en el plan último de Dios,
lo femenino y lo masculino?
Leonardo Boff escribió
El rostro materno de Dios, año 2012.
Para concluir el papa Francisco,
en su homilía pronunciadas el 7 de enero de 2015 dijo:
“Una sociedad sin
madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben
testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la
fuerza moral”.
El papa Francisco, al
mencionar el martirio de Mons. Oscar Arnulfo Romero -asesinado en 1980- dijo: “las
madres viven un ‘martirio materno”. Se trata de “una entrega total, en
el silencio, la oración, el cumplimiento del deber. Ir dando la vida poco a
poco como hace una madre por su hijo”.
3 comentarios:
Que interesante, muy bonito
Gracias.
Que interesante información, cada día aprendemos algo nuevo.
Dios los bendiga
Nuestro Padre celestial siempre demostrando su Amor,Misericordia,su ternura como Madre fiel a sus hij@s,presta a sus necesidades.
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